Guerrero.- El Centro Católico Multimedial critico a los diputados de Morena por no aprobar la creación de un fondo de ayuda para Acapulco, derivado por el huracán Otis.
Argumentó como mezquinos a los diputados morenistas por negarse a destinar recursos a la reconstrucción del puerto.
Dijeron en sus redes: Después de tres días de prolongados debates, resistencias y reticencias, el presupuesto para el año 2024 fue aprobado en una dividida votación, 262 votos en pro, 216 en contra y 1 abstención. Mientras diputados de los diversos grupos parlamentarios hacían gala de poses para fotografía donde presumieron el envío de ayuda humanitaria al moribundo puerto de Acapulco y sufriente Estado de Guerrero, tras bambalinas de ese morboso teatro, otros se movían para lograr una partida o fondo urgente que destinara recursos para la reconstrucción y reactivación de la economía del Estado que fuera aprobado en las más de tres mil reservas que, una a una, eran rechazadas por el oficialismo parlamentario.
A la par, una caravana procedente de Acapulco, encabezados por el exalcalde perredista Jesús Evodio Velázquez, emprendían la lucha para cambiar la opinión de diputados a fin de que el Presupuesto 2024 incluyera 300 mil millones de pesos para la reconstrucción del puerto. A altas horas de la madrugada del último día de discusiones, su actividad era imparable y casi en la desesperanza.
No obstante, en la madrugada del jueves 9 de noviembre y después de un receso obligado por el reclamo de los partidos de oposición para incluir el fondo y recursos para Guerrero, el grupo asociado a Marcelo Ebrard en “El Camino de México” presentaron una reserva que era una opción para redirigir los excedentes petroleros a un fondo para Guerrero. Traicionados por el impresentable coordinador, el ambicioso y ruin diputado Ignacio Mier, los llamados marcelistas vieron naufragar esa oportunidad que fue apoyada por todos los grupos parlamentarios, excepto por MORENA. Fue así como se asomó un posible cisma, una ruptura que haría desmoronar ese castillo construido a base de adobes sin resistencia.
Fue la diputada Selene Ávila quien acabó con el silencio a través de un discurso que ya es conocido a lo largo y ancho del país: «¿Saben quiénes nos impidieron que transitaran? Dentro de nuestra propia bancada de MORENA. Que Guerrero se entere que, desde el Poder Legislativo, MORENA, la bancada en la que he creído y militado, traicionó a los que se han quedado sin nada, a los muertos».
Calificados de “vividores” por su propia correligionaria, el amago de los aplaudidores al oficialismo sólo atinó a corear el “fuera, fuera”, en contra de la diputada que anunció así una ruptura que parece sin retorno. Al final, sólo tres reservas, de las miles al pleno, sólo tuvieron cabida por la mayoría.
Al final, como el mismo huracán “Otis”, MORENA causó otra crisis política que oscureció su fiesta por el destape de sus corcholatas a diversos cargos de elección popular. Guerrero quedó sin recursos y las posibilidades de una inyección urgente que pudiera echar adelante un plan de reconstrucción; sin embargo, como en todo, los morenistas no se mueven solos ni aplauden sólo porque sí. Alguien habría dado la orden de “no mover ni una coma” al presupuesto. La intransigencia y traición desparraman desde arriba como se barren las escaleras. Efectivamente, si esa ayuda no fue aprobada fue porque alguien lo ordenó y tiene nombre y apellido. Habita en Palacio Nacional y es igual de mezquino que MORENA, su partido. Su nombre es Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.